Héroes anónimos

Las caras detrás de la Central de Alerta Sigma

Héroes anónimos

Las caras detrás de la Central de Alerta Sigma

Saber que la persona al otro lado del teléfono está pasando por un momento sumamente difícil, tal vez el peor de su vida, podría hacer a muchos entrar en pánico. Pero no a los compañeros de la Central de Alerta Sigma.

Si hay un lugar donde la resiliencia se vive todos los días, es aquí. Dentro de sus muros se atienden, en tiempo real y desde 2011, todas las crisis, riesgos y amenazas que atentan contra la gente, ambiente, reputación y activos de la empresa.

Una cuadrilla de 12 personas vigila -las 24 horas del día, los 365 días del año- diversos eventos como robos, accidentes viales, seguimiento a rutas críticas en trayectos estatales, federales e internacionales, movilizaciones sociales que afecten a sus colaboradores, así como fenómenos naturales de alto impacto – sismos, huracanes, volcanes.

A diario realizan más de 400 llamadas a todo México y sitios en Latinoamérica.

En la Central de Alerta se reciben llamadas de todas partes de la República y del extranjero, reportando situaciones de emergencia y riesgo, las cuales atienden y transmiten. Saben que la prioridad número uno está en prevenir: si pueden adelantarse a la catástrofe, las posibilidades de un resultado positivo son mayores.

Por esto imparten capacitaciones comités especializados para la gestión de crisis en todos los sitios donde está Sigma. A nivel nacional hay 37 colaboradores atendiendo la Central de Alertas y 610 operativos que entran en acción cuando es necesario.

El 19 de septiembre de 2017 no es un día que olvidarán fácilmente. El sismo con epicentro en Morelos devastó zonas de la Cuidad de México y ocasionó grandes daños a los estados de Morelos, Puebla, Estado de México y Guerrero.

Durante 84 horas seguidas, los compañeros de la Central de Alerta se dedicaron a canalizar casi 10 mil mensajes de Whatsapp, realizar 650 llamadas y recibir un número incontable de las mismas. Fue tal la cantidad de información que fluía que no hubo tiempo ni energía para entrar en pánico.

Trabajando de manera coordinada con los integrantes de Protección Patrimonial a nivel nacional, para dar fluidez y tener visibilidad en tiempo real, la prioridad era localizar a los colaboradores y sus unidades, sacarlos de las zonas de riesgo y asegurarse de que no estuvieran en peligro y regresaran con bien a sus hogares. Todo esto mientras intentaban confirmar la información que recibían por decenas de fuentes distintas y comunicaban los hallazgos a los comités.

Cuando estamos bajo tal presión, no es posible procesar la magnitud de lo que uno ve. Pero aun así, el equipo de la Central logró enfocarse en lo importante, aguantar la presión y ayudar a quién lo necesitaba.

¿Qué podemos hacer para proteger a nuestros colaboradores? Esta es la pregunta que constantemente buscan responder en Protección Patrimonial y su Central de Alerta. Con cada crisis se acercan más a la respuesta porque cada situación deja un aprendizaje. Aún de esos momentos que podrían quebrar su voluntad, regresan más sabios y más fuertes.

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